“Pues en el muelle continúa sin derribar, produciendo mal de ojos su aspecto, que es pobre y antiestético (aspecto de adefesio) el antiguo edificio de la Comandancia de Marina.
Por la construcción de los andenes, el sitio en que se levanta aquel caserón se ha elevado un buen número de palmos y, con el fin de no cubrírsele hasta igual altura, se ha tenido que dejar sin rellenar una franja á su alrededor, produciendo aquello el mal efecto que es de suponer y constituyendo un peligro para el que transite descuidado por allí, pues corre el riesgo de perder pie é irse rodando hasta estrellarse la cabeza contra el feo edificio.
Nos dicen que se ha pedido el derribo de eso cien veces, pero como si no. Y al preguntar qué es lo que se opone á su desaparición, nadie nos sabe dar una contestación concreta. “¡Cosas de España! –dice uno–. Puesto que en nuestro país hay que pedir las cosas en que interviene el Gobierno cuando se está en la mocedad para conseguirlas á la hora de la defunción”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
20 de diciembre de 1911