SI ELLOS HABLARAN
¿Sabían que en España hay quien compra excrementos de tigres y leones de parques, safaris o zoos cercanos y los entierra en su jardín para evitar la presencia de gatos callejeros?
En el año 2003, en nuestro primer libro: «Los animales también lloran», publicamos un capítulo dedicado a las cacas de los animales que, en su día, nos deparó distintos reconocimientos en todo el país. En realidad, aquello no era, ni mucho menos, una cuestión escatológica. Se trataba, más bien, del resultado de la observación directa.
La historia fue la siguiente… Por aquel entonces, por bajas y encaje de turnos, decidí durante varios domingos limpiar, personalmente, uno de los centros de animales. Al principio no me di cuenta de nada pero, un día observando a los animales, descubrí cómo existía una relación directa entre el comportamiento del perro más huidizo, asustadizo o el que ocupaba la escala más baja de la jerarquía de una jaula, y sus excrementos.
Era increíble, por sus «cacas» podías saber qué lugar ocupaba en la jerarquía del grupo.
A partir de ahí, comenzamos un estudio que se prolongó varios meses. Sí, hicimos un planing de «cacas» y comprobamos como éstas, en un mismo animal, podían variar, sólo en unas horas, cambiándole simplemente de compañeros de jaula. Y, no sólo eso, descubrimos cómo, observándolas, podías saber, por ejemplo, cómo se encontraba de estado de ánimo o de salud e, incluso, si existía riesgo de aparición de posibles enfermedades futuras.
Por supuesto, años más tarde comprobé que, todo lo anterior, también funcionaba, y de que manera, con otros animales como primates, leones o grandes felinos. En el mundo de estos últimos, además, son muy usadas para marcar -¿Sabían, por ejemplo, que en España hay quien pide o, incluso compra los excrementos de tigres y leones de parques, safaris o zoos cercanos y los entierra en su jardín para evitar, así, la presencia de gatos callejeros?-. La explicación es sencilla: el olor de esas deposiciones enterradas no llegan a nuestro olfato pero sí al de los gatos que, al sentirlas, se alejan pensando que, tras las mismas, puede encontrarse un auténtico «gigante».
En definitiva, cómo ven, sus cacas nos hablan, nos mandan mensajes y avisan de enfermedades. Por eso, por favor, nunca miren por encima del hombro a nadie que las esté limpiándo. Al revés, admírenle porque, posiblemente, de él pueda depender la vida muchos de esos animales.
DERECHO ANIMAL
Después de la ‘Ley de toros a la balear’, ¿qué pasa
con los ‘correbous’?
Belén Perales
Abogada
Finalmente se ha aprobado en el Parlamento Balear la llamada «Ley de toros a la balear» que no es sino una reforma de la actual Ley Balear 1/1992 de bienestar animal. Ya me referí hace unas semanas a las modificaciones que plantea la reforma en cuanto a regular las corridas de toros para que éstas sean «sin sangre». Sin embargo, poco se ha dicho respecto de los «correbous».
La reforma prevé la prohibición de los circos con animales, sin embargo, modifica el requisito establecido en el art. 4.2.C la ley original (aún vigente) que precisa que para celebrar festejos en los que se utilicen animales, éstos deberán haberse celebrado durante los últimos 100 años. Este precisamente era el caballo de batalla de los defensores del «correbou de Fornalutx» respecto del cual no se puede acreditar que se haya celebrado ininterrumpidamente desde hace 100 años. Precisamente, ante esa circunstancia, ya se había iniciado un expediente administrativo que requería al municipio la acreditación del requisito, y todo apuntaba a que a instancia de varias entidades de protección animal se iba a ilegalizar. (*La sentencia del TC no impone ninguna restricción a la prohibición de este tipo de festejos).
Frente a dicha situación nos encontramos con una Ley que, si bien supone un hito en la regulación de las corridas de toros e impone restricciones a los festejos, desaprovecha una gran ocasión para abolir «fiestas» que causan un gran sufrimiento a los animales y que además, visto lo visto, no tienen tanta tradición.
PENSAMIENTOS ANIMALISTAS
¿Soy más de perros que de gatos?
Victoria Lacalle
Psicóloga
Es muy frecuente escuchar la frase «yo soy más de perros que de gatos» o «a mí los gatos no me gustan». Personas a las que teóricamente le gustan los animales y sin embargo los gatos no.
¿Qué ocurre con estos animales y qué características tiene esta especie para encontrarse con tantos detractores? Existen muchos mitos que circulan alrededor de ellos y que realmente lo que indican es un gran desconocimiento sobre estos animales, pero en este artículo nos vamos a centrar en la explicación a nivel psicológico de este fenómeno de rechazo hacia un animal tan maravilloso y especial.
Cuando otro ser vivo nos genera rechazo, generalmente está haciendo de espejo de nuestras carencias o cosas que pertenecen a nuestro interior, que queremos evitar porque nos generan malestar. Nos muestran cualidades que nosotros mismos no aceptamos y por eso lo expresamos en forma de rechazo hacia ese animal o persona. Esto es lo que suele suceder con los gatos. Vamos a analizar la diferencia entre las características psicológicas de un perro y las de un gato, por supuesto generalizando en términos de cómo entiende el carácter de ambos la sociedad.
El gato suele ser más independiente, más autónomo, con una personalidad más marcada, menos cariñoso en el sentido de estar continuamente pegado a su responsable, pero sobre todo son animales que eligen y deciden lo que quieren y necesitan en cada momento. Si lo que buscamos es un animal que siempre responda de la misma manera, independientemente de nuestra conducta y de sus necesidades, diremos que nos gustan más los perros.
Pero si eres una persona capaz de adaptar tu afectividad y crear un vínculo con cada ser vivo, independientemente de lo que tú necesites o los huecos que quieras rellenar en tu vida con lo que ese animal te aporta, entonces te gustarán todos y cada uno de los animales por su esencia y no por las necesidades que crees (a veces de forma equivocada) que va a satisfacer.
VETERINARIO DE CABECERA
La pregunta de los lectores
Cada vez que metemos en el coche a nuestro perro, vomita. Él viaja en el interior de su transportín pero siempre se marea. Solo tiene cuatro meses.
¿Cree que se le pasará con el tiempo?
Mi perro se marea en el coche
Es bastante frecuente que los perros se mareen en el coche. A la mayoría les pasa por la ansiedad que les genera subir en un espacio que no conocen y que, además, se mueve. Por ello deberíamos introducirlos en los coches de manera paulatina y, siempre, lo más suave posible.
Al principio, por ejemplo, que esté durante un rato con el vehículo parado, así se irá acostumbrando a los olores y a su nuevo sitio. Más adelante comience a realizar pequeños viajes con él pero, siempre, de corta duración, para que el animal se vaya habituando. Posteriormente, ya podremos ir aumentando el tiempo de viaje.
En cualquier caso, como es lógico, siempre ayuda conducir suavemente pero, en principio, siguiendo estas normas el animal se acostumbrará. No obstante, siempre hay perros con una mayor tendencia a marearse. Para éstos también hay soluciones generales. Por un lado, no deben comer durante las tres horas anteriores al viaje y, por otro, existen fármacos específicos que pueden tranquilizarles y evitar el vómito. De todas formas, consulte con su veterinario al respecto ya que él podrá asesorarle de una forma más concreta e individual, al conocer las peculiaridades de su animal.
Raúl Mérida y Tamara Simón, veterinaria.
LUZ ROJA
Hay que tener mucho cuidado con los pajaritos que tenemos en las jaulas porque, a menudo, pueden recibir visitas indeseadas. Eso le ha ocurrido al dueño de varios canarios que, en Muro, capturó una culebra que se había colado en la jaula y comido a uno de ellos.
LUZ VERDE
“León” no lo sabe pero ha sido el primer perro que ha podido acudir a ver a su dueño ingresado en el hospital de Ibiza. Recibir la visita de nuestro animal de compañía, además de los efectos emocionales positivos demostrados que conlleva para el paciente, puede incluso acelerar la recuperación del mismo.
LA PENÚLTIMA DENUNCIA
Maltrato animal. Hay una evidente carencia de educación y respeto animal en la sociedad. El maltrato animal es un acto cruel y despreciable. Está probado que los autores tienen, habitualmente, algún desequilibrio mental. Por desgracia el peor parado siempre es el animal. Cuando se rescata a un animal con una experiencia traumática es primordial encontrarle un buen hogar para que recupere la confianza en el ser humano. La adopción es su única oportunidad y se merecen una segunda oportunidad. Se debería promover una campaña de concienciación a la vez que sancionar de forma contundente. Luchemos por una ley que favorezca las adopciones y proteja de una vez a los animales. Francisco García-Romeu. Presidente del O.C. para el bienestar animal
1, 2, 3 ADOPCIÓN EXPRÉSS
AMIGOS PARA SIEMPRE
S.O.S.
Nadie podría imaginar jamás la cantidad de gatitos que somos abandonados cada año. Aparecemos diariamente metidos en una caja, en la puerta de cualquier albergue o refugio de España. Por eso, si quieres ayudarnos dirígete al centro más cercano y pregunta. No te faltarán voluntarios, como yo, para ser adoptados.
Contacto: info@fundacionraulmerida.es
OBSERVATORIO DE ANIMALES
TOROS A LA BALEAR
Sin lugar a dudas -la aprobación por el Parlament Balear de que las corridas de toros no conlleven sufrimiento alguno o, lo que es lo mismo, que a los animales que participen en las mismas ni se les maltrate ni se les mate- es la noticia más importante en materia de protección animal de toda la historia de las islas ¡Imagínense! La arena de las plazas de toros baleares ya no volverán jamás a teñirse de sangre ¡Ahí queda eso! Además, a lo anterior, se suma la prohibición -ya establecida- de las peleas de gallos y, la no menos importante, de que no puedan instalarse circos con animales.
Sin duda las Baleares cada vez se acercan más a ser “Islas amigas de los animales” y es que, afortunadamente, la sociedad cambia y, a las nuevas corrientes animalistas, no hay quien las pare. Raúl Mérida