“(…) El crucero ‘Canarias’, que enarbolaba el estandarte de S. E. y en el que con el Generalísimo vinieron los ministros de Marina y Justicia, Director General de la Guardia Civil, y otras personalidades de su séquito oficial, rindió viaje a las diez de la mañana fondeando en el antepuerto (…).
Todo el vecindario de Ibiza, juntamente con el de Formentera, se apiñó en el vasto paseo marítimo donde ocupó los lugares más inverosímiles para aclamar a Franco. Gentes de los pueblos ribereños o del interior luciendo sus típicas indumentarias, militantes del Movimiento y muchachos del Frente de Juventudes constituyendo en el impresionante conjunto un bosque de amapolas formado por sus boinas rojas, fuerzas vivas, órdenes religiosas, etc. y a su frente Autoridades insulares y provinciales. (…)
Todos los buques surtos en el puerto aparecían empavesados. En la bahía del cañonero ‘Pizarro’ saludó la llegada del ‘Canarias’ con las 21 salvas de ordenanza, simultáneamente con las baterías del fuerte de la plaza. Exactamente a las diez cuarenta y cinco, bajó el Caudillo a una lancha que le trasladó a tierra. Rodearon la lancha más de cincuenta embarcaciones pesqueras y de recreo profusamente empavesadas. Las dotaciones de los cuatro destructores de escolta, cubrieron pasamanos saludando con siete vivas a España. En tanto la lancha avanzaba con dirección al puerto, todos los buques sonaron sus sirenas y el gentío impresionante, enracimado a todo lo largo del muelle, prorrumpía en clamorosas ovaciones, gritos de Franco, Franco, Franco y vivas y arribas a España. El clamor popular alcanzó su máxima intensidad en el momento justo de pisar tierra de Ibiza el Caudillo Franco, quien vestía uniforme de Capitán General de la Armada.
(…) Seguidamente, todas las autoridades y jerarquías cumplimentaron a S. E., el cual tras pasar revista a las tropas que le rindieron honores, ocupó un coche, acompañado del Alcalde de Ibiza, señor Guasch Juan, y se dirigió al templo de Santa Cruz. Al paso de la comitiva por el paseo de Vara de Rey el fervor del público se patentizó en continuas ovaciones y aclamaciones.
En el templo fue recibido S. E. por el Prelado de Ibiza, Dr. Cardona, quien le dio a besar la Vera Cruz. El Generalísimo penetró en la iglesia, bajo palio, que era llevado por canónigos con hábito coral, y después de orar breves momentos ante la Imagen de Nuestra Señora de las Nieves, se cantó una Salve.
Terminada la ceremonia religiosa, el Jefe del Estado se trasladó a visitar e inaugurar el grupo de Casas ‘Santa Margarita’ de 92 viviendas. Al pie del arco de triunfo levantado a la entrada fue recibido por el Director General del Instituto Nacional de la Vivienda y por los Delegados Provincial e Insular de Sindicatos.
(…) Seguidamente, el Caudillo, después de hacer entrega de las nuevas viviendas, se dirigió al Ayuntamiento.
Fuerzas de la guarnición cubrían todo el trayecto que siguió el Caudillo hasta la Casa Consistorial, que aparecía adornada con las banderas Nacionales y del Movimiento, y en los balcones y ventanas aparecían profusión de colgaduras. Los nutridos grupos congregados a lo largo del trayecto del itinerario enarbolaban banderas y pancartas, destacando la presentación de las Cofradías de los pescadores y se advertían, asimismo, incontables turistas extranjeros, provistos la mayoría de máquinas fotográficas, con las que captaron escenas de la magna recepción tributada a S. E. el Jefe del Estado. Al paso del Jefe del Estado bajo los arcos monumentales levantados y los portales de acceso a los viejos recintos amurallados, la multitud aclamó frenéticamente (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
11 de octubre de 1955