“¡La Guerra ha terminado!”, gritan a los vientos todas las radios de España. “¡La Guerra ha terminado!”, óyese decir con alborozo en todas partes. “¡La Guerra ha terminado!”, dice nuestro Caudillo Franco.
Sí, “¡La Guerra ha terminado!”, mis muy amados compatriotas. Y ha terminado la guerra, con el triunfo definitivo de la España Nacional contra la anti España de los sin-Dios, de los sin patria y de los sin honor ni vergüenza, del mundo entero. (…)
Tran pronto se tuvieron en ésta isla noticias ciertas y precisas de la Gran Victoria, dispúsose una manifestación que partiendo del poblado de San Juan fuése a San Miguel, a cantarle una Salve a la Virgen del Carmen que allí se venera.
Y fue la manifestación un desborde de entusiasmo patriótico.
A las dos de la tarde del jueves día 30 de marzo, partían las Milicias de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. de San Juan, camino de San Miguel, llevando en cabeza, desplegadas al viento, la bandera rojinegra de Falange, la blanca con las aspas de Borgoña de la Tradición y la roja y gualda gloriosa de España. Seguían las Autoridades: Ayuntamiento en corporación, Jefe de Milicias, Cura Párroco, Guardia Civil y el pueblo todo; los hombres a pie y en carro las mujeres y niños.
En todo el camino fueron sumándose más gentes.
Al llegar a lo alto del Coll den Cabra, hizo alto la manifestación compuesta de varios centenares de personas; y puestos de a tres, siguieron formando una columna que ocupaba gran extensión; y por el otro lado del valle bajaba desde el Puig de Missa gran multitud de miguelenses también con sus banderas al viento. En plena huerta se encontraron las dos comitivas; y las banderas española, de la Falange y de la Tradición procedentes de San Juan se enlazaron con la española, la parroquial y la de los Previsores del Porvenir procedentes de San Miguel.
Llena, pero lo que se dice bote, la vasta iglesia de San Miguel, con todo el mundo en pie por no caber de otra manera, se cantó una Salve, predicó el Sr. Obispo hermoso parlamento, rezóse el Rosario con gran devoción, pronunció otro parlamento el Rdo. Dr. Tibau, y fue saliendo de la iglesia la multitud.
Desde el atrio de la iglesia pronunció entusiástica arenga el Jefe de Milicias, poniendo de manifiesto la gran victoria de la España de Franco contra el marxismo, el judaísmo y la masonería internacionales, y terminó dando los vivas reglamentarios (…)”.
ANTÓN DE LA ERMITA
(Texto original)
Diario de Ibiza.
05 de abril de 1939