“El hidrofoil ‘Tiburón’ embarrancó ayer a primeras horas de la noche en la zona costera de sa Sequia, ya en las proximidades del puerto de la Savina (Formentera) sin que en el incidente se produjeran daños personales, aunque sí materiales.
Los catorce pasajeros y la tripulación de la embarcación rápida resultaron ilesos, excepto uno de los pasajeros, que sufrió una pequeña contusión sin mayor importancia. Esta persona fue la primera en ser desembarcada en un bote que se aproximó al barco encallada para auxiliarlos. Los trece pasajeros restantes fueron desembarcados sin mayores problemas en una de las balsas salvavidas del ‘Tiburón’ una hora después de que se produjera el embarrancamiento (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
28 de diciembre de 1992
La isla de Ibiza cuenta con su primer casino de juego, después de que las obras (en la imagen) comenzaran hace algunos años. El nuevo casino se encuentra en el Paseo Marítimo de Ibiza, que promete convertirse en un futuro próximo en una de las zonas más desarrolladas urbanísticamente de la ciudad. El edificio dispone también de restaurantes y sala para máquinas tragaperras, así como sala de fiestas.
“El miércoles, 28, en la plaza de Toros, a mil pelas la entrada, la primera de las grandes actuaciones que están previstas en nuestra isla este verano, que resucitarán –ojalá– un poco este medio zombie semi vivo semi muerto que es la música en Ibiza. El encargado es alguien ya semimítico, el jamaicano Robert Nesta Marley, nacido en Jamaica en 1945, hijo de un militar británico y una madre negra. Pocas veces vio a su padre, pues éste murió pronto. Nunca tuvo, pues, el joven Bob que plantearse el dilema de su raza. Creció en un ambiente muy religioso, pero sus otros cuatro hermanos y él tenían que comer, aparte de ayudar a la madre y a los demás parientes, y Bob púsose a trabajar de soldador, al tiempo que empezaba a soñar ya con ser músico.
(…) “Nuestra intención –dijo una vez– es despertar al pueblo negro de su sueño de siglos para hacerles ver lo que son”. Detrás de Bob hay otros muchos músicos, prácticamente desconocidos, cataliados ahora y que irán poco a poco surgiendo. Y tras el reggae, no sólo un fenómeno musical, sino toda una significación religiosa. Los rastas son una especie de revolucionarios místicos, quecitan frecuentemente a la Biblia y otros pasajes hebreos y confían en el retorno al continente africano (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
25 de junio de 1978
“Sobre las tres de la madrugada, se ha producido, al parecer, una explosión seguida de incendio en la sala de máquinas del buque griego Floran, anclado en nuestro puerto, el cual llegó aquí el lunes con un cargamento de cemento.
Inmediatamente, el citado barco empezó a pedir socorro, lanzándose las campanas de Sant Telmo a repique de fuego. Numerosas personas se hallan actualmente en el muelle esperando poder ser de utilidad.
A causa de la explosión, han resultado varios tripulantes heridos, los cuales se hallan siendo atendidos en las clínicas de esta ciudad. Las primeras autoridades también se hallan en el lugar del suceso. Ha sido pedida ayuda al Ejército y se espera la llega de tropas.
A la hora que redactamos estas líneas (4,30 de la madrugada), continúa el fuego en sala de máquinas y muchos de los tripulantes sacan sus maletas y objetos personales ante el temor de que las llamas alcancen a los depósitos de petróleo.
También han sido requeridos los servicios de la Cruz Roja por si fueran necesarios.
Las casas cercanas al lugar donde se encuentra el Floran están siendo desalojadas por los inquilinos, aconsejados por la policía.
En nuestro próximo número (D.m.) daremos amplia información sobre este suceso”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
25 de enero de 1964
“(…) El crucero ‘Canarias’, que enarbolaba el estandarte de S. E. y en el que con el Generalísimo vinieron los ministros de Marina y Justicia, Director General de la Guardia Civil, y otras personalidades de su séquito oficial, rindió viaje a las diez de la mañana fondeando en el antepuerto (…).
Todo el vecindario de Ibiza, juntamente con el de Formentera, se apiñó en el vasto paseo marítimo donde ocupó los lugares más inverosímiles para aclamar a Franco. Gentes de los pueblos ribereños o del interior luciendo sus típicas indumentarias, militantes del Movimiento y muchachos del Frente de Juventudes constituyendo en el impresionante conjunto un bosque de amapolas formado por sus boinas rojas, fuerzas vivas, órdenes religiosas, etc. y a su frente Autoridades insulares y provinciales. (…)
Su Excelencia saluda al elemento militar congregado en el puerto
Todos los buques surtos en el puerto aparecían empavesados. En la bahía del cañonero ‘Pizarro’ saludó la llegada del ‘Canarias’ con las 21 salvas de ordenanza, simultáneamente con las baterías del fuerte de la plaza. Exactamente a las diez cuarenta y cinco, bajó el Caudillo a una lancha que le trasladó a tierra. Rodearon la lancha más de cincuenta embarcaciones pesqueras y de recreo profusamente empavesadas. Las dotaciones de los cuatro destructores de escolta, cubrieron pasamanos saludando con siete vivas a España. En tanto la lancha avanzaba con dirección al puerto, todos los buques sonaron sus sirenas y el gentío impresionante, enracimado a todo lo largo del muelle, prorrumpía en clamorosas ovaciones, gritos de Franco, Franco, Franco y vivas y arribas a España. El clamor popular alcanzó su máxima intensidad en el momento justo de pisar tierra de Ibiza el Caudillo Franco, quien vestía uniforme de Capitán General de la Armada.
(…) Seguidamente, todas las autoridades y jerarquías cumplimentaron a S. E., el cual tras pasar revista a las tropas que le rindieron honores, ocupó un coche, acompañado del Alcalde de Ibiza, señor Guasch Juan, y se dirigió al templo de Santa Cruz. Al paso de la comitiva por el paseo de Vara de Rey el fervor del público se patentizó en continuas ovaciones y aclamaciones.
En el templo fue recibido S. E. por el Prelado de Ibiza, Dr. Cardona, quien le dio a besar la Vera Cruz. El Generalísimo penetró en la iglesia, bajo palio, que era llevado por canónigos con hábito coral, y después de orar breves momentos ante la Imagen de Nuestra Señora de las Nieves, se cantó una Salve.
Terminada la ceremonia religiosa, el Jefe del Estado se trasladó a visitar e inaugurar el grupo de Casas ‘Santa Margarita’ de 92 viviendas. Al pie del arco de triunfo levantado a la entrada fue recibido por el Director General del Instituto Nacional de la Vivienda y por los Delegados Provincial e Insular de Sindicatos.
(…) Seguidamente, el Caudillo, después de hacer entrega de las nuevas viviendas, se dirigió al Ayuntamiento.
Fuerzas de la guarnición cubrían todo el trayecto que siguió el Caudillo hasta la Casa Consistorial, que aparecía adornada con las banderas Nacionales y del Movimiento, y en los balcones y ventanas aparecían profusión de colgaduras. Los nutridos grupos congregados a lo largo del trayecto del itinerario enarbolaban banderas y pancartas, destacando la presentación de las Cofradías de los pescadores y se advertían, asimismo, incontables turistas extranjeros, provistos la mayoría de máquinas fotográficas, con las que captaron escenas de la magna recepción tributada a S. E. el Jefe del Estado. Al paso del Jefe del Estado bajo los arcos monumentales levantados y los portales de acceso a los viejos recintos amurallados, la multitud aclamó frenéticamente (…)”.
El NO-DO se hizo eco de la visita del Caudillo a Ibiza
(Texto original)
Diario de Ibiza.
11 de octubre de 1955
“Destacamos el sábado la gran importancia que para el fomento del turismo en Ibiza tiene el Gran Hotel Ibiza, construido por el señor Villangómez. En efecto; es indudable que buen número de turistas, los de dinero, hasta ahora no se habían dirigido a nuestra isla por falta de alojamiento adecuado, y este inconveniente está ya resuelto con la construcción del magnífico edificio (…).
Por la tarde tuvimos el gusto de visitar detenidamente el edificio y confesamos que quedamos inmejorablemente impresionados. Ocupa la planta baja, el magnífico ‘hall’, muy bien decorado y amueblado con todo lujo. A continuación se halla el espacio comedor. A la derecha hay el despacho del hotel y la biblioteca, amueblada con muebles estilo renacimiento mallorquín (…).
En los pisos 1º y 2º se hallan las habitaciones amuebladas con exquisito gusto. Las hay que tienen cuarto de baño completo, componiéndose todas de cama, mesita de noche, escritorio, lavabo, armario, una butaca y dos sillas. Hay además varios cuartos de baño en cada piso, y un estupendo salón fumador, con preciosos muebles de estilo modernista (…).
Desde la calle, el edificio ofrece excelente perspectiva. En la planta baja hay grandes ventanales que ventilan las dependencias. En los pisos superiores, los balcones son un motivo más de ornato para el edificio, y con las grandes columnas, forman una fachada magnífica (…).
Al empezar el banquete oficial de la inauguración el gran comedor ofrecía brillante aspecto, con mucho gusto y un magnífico servicio que acredita la dirección técnica de la casa (…).
Todos los comensales hicieron grandes elogios de lo bien servido del banquete (…).
El director de ‘La Voz’, don Enrique Fajarnés, hace resaltar la importancia del establecimiento del hotel (…). Hace resaltar las campañas periodísticas en favor del turismo y tributa un gran elogio al Sr. Villangómez por su obra ibicenquista”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
5 de junio de 1933
“Conforme veníamos anunciando, ayer se inauguro el nuevo Hotel Portmany, construido en San Antonio, propiedad de nuestro amigo, el emprendedor industrial don José Roselló.
Por la tarde se obsequió a los vecinos de San Antonio con un expléndido lunch. A las 9 de la noche, se celebró la cena inaugural, a la que asistió el alcalde accidental Sr. Perelló Rigal (…).
La cena fue amenizada por la orquesta ‘Ibiza jazz’, de esta ciudad, que ejecutó con su acierto característico varias composiciones de su escogido repertorio (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
13 de julio de 1933
“Ayer tuvo lugar en el pueblo de Santa Eulalia la inauguración del Hotel Buenavista, propiedad de nuestro amigo D. Antonio Marí. El confortable hotel ha sido instalado en el Puig de Missa, divisándose desde la terraza un hermoso panorama. Visitamos detenidamente todas las dependencias y pudimos comprobar que el Sr. Marí, en su deseo de cooperar a la obra patriótica de atraer el turismo hacia esta isla y proporcionarle agradable estancia, no ha reparado en gastos (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
23 de enero de 1933
El 7 de abril por la mañana, en el salón de actos del Ayuntamiento de Ibiza, tomó posesión como nuevo alcalde don Abel Matutes Juan, que sustituye en el cargo a Juan Verdera Ribas. Abel Matutes agradeció el apoyo de sus concejales, así como los elogios de Diario de Ibiza. También pidió colaboración a todos los ciudadanos para llevar adelante el “negocio público” que es un ayuntamiento.
El alcalde saliente, Juan Verdera, aprovechó su discurso de despedida para reclamar más representación política para la isla de Ibiza, que en 1970 sólo tiene dos diputados en la Diputación Provincial, un solo representante en el Consejo Provincial del Movimiento y ninguno en las Cortes Españolas. “Nuestra pobreza política es absoluta, pudiendo solo confiar en la generosa comprensión de nuestros hermanos mallorquines”, afirmó Verdera.
En Formentera, Antonio Serra Colomar, maestro nacional e hijo del hasta ahora alcalde, toma el relevo de su padre al frente de la Corporación el 31 de marzo.
“El domingo por la mañana, a las 11 y media, tal como habíamos dado a conocer a nuestros lectores, llegó el primer avión, en servicio especial, de la Compañía Aviaco, llevando a su bordo turistas extranjeros.
La noticia había despertado gran expectación y, por esta razón, desde bastante tiempo antes de la hora anunciada para la llegada del primer aparato, se congregaron varios centenares de personas en el aeropuerto.
A las 11 y media aterrizó el Bristol FADH, con 36 pasajeros a bordo, que fue recibido por el Comandante Aéreo Sr. Losana y el Delegado de Aviacio en Ibiza, señor Manrique.
La tripulación del avión la componían: piloto, señor Orue; capitán, señor Ramis; Radiotelegrafista, señor Bajo; mecánico, señor Antón; Azafata, señorita Amalita G. Hernández.
A la media hora escasa de la llegada el avión reemprendía el viaje de regreso a su punto de partida, Palma de Mallorca, con varios pasajeros que tomó aquí, para volver más tarde con otros treinta y tantos turistas más; luego marchóse de nuevo, con pasajeros, hacia la capital de la provincia.
La feliz llegada de este primer avión con pasajeros a nuestro aeropuerto está siendo muy favorablemente comentada, ya que ello significa que nos hallamos ante la inminente inauguración de líneas regulares que nos unirán con la Península y Palma, abriendo nuevos horizontes para el desenvolvimiento comercial y económico que la importancia internacional alcanzada por nuestra isla merece y necesita”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
3 de junio de 1958
“Lleno hasta la bandera. Entrada histórica. Daba alegría ver nuestra plaza llena. El Cordobés, uno de nuestros mitos nacionales en permanente olor de multitud, sigue con su fabuloso poder de convocatoria. Ciclón Cordobés ha logrado lo que jamás logró aquí torero alguno: llenar nuestra Plaza. Tras su gran éxito, uno queda convencido de que, efectivamente, es mágica la personalidad de El Cordobés y de que, ciertamente, El Cordobés es todo un fenómeno nacional. Valió la pena verlo. Valió la pena el llenazo.
(…) Toros malos, malos con ganas. Flojos de remos. Pequeños y alguno, incluso, sabiendo latín. Fue una lástima. La tarde fue también una bronca por culpa del ganado. Se nos dice que el mar, en su viaje, los mareó. Que pasaron más horas de las debidas, por nuestros imponderables insulares, encajonados en el barco que había de traerlos. Todo es posible, pero esos toros tan poco náuticos nos desgraciaron la fiesta. Sólo fueron mediocres, a nuestro humilde entender, los dos primeros. Menos mal que El Cordobés estuvo allí. Los toros, los siete toros, porque fueron siete, aunque el último de regalo, un regalo al que hubiéramos renunciado todos gustosamente, eran de la ganadería de don Manuel García Fernández-Palacios, de Jerez de la Frontera, una ganadería que queda en deuda con Ibiza (…)”.
(Texto original)
Diario de Ibiza.
19 de marzo de 1970
Es necesario recordar que en Eivissa y Formentera se produjo el desembarco de las tropas republicanas de capitán Bayo en agosto de 1936, las cuales durante cinco semanas intentaron establecer un nuevo régimen socio-económico más democrático y moderno, pero también más alejado del tradicional caciquismo vigente desde el siglo XIX. El experimento republicano fracasó de forma sangrienta (los asesinatos en el Castillo del 13 de septiembre de 1936) y la posterior llegada de las tropas nacionales (Ejército, Legión de Mallorca, escuadras italianas y moras) abrió un proceso de represión que alcanzó a todos los estamentos de la sociedad, no dejó a nadie indiferente y manchó de sangre muchas manos y muchas conciencias.
La represión de primera hora (desde septiembre de 1936 a mediados de 1937) es extrajudicial, incontrolada, excesiva y salvaje. Basta una denuncia anónima y el piquete falangista se pone en marcha. Recae especialmente en las bases de los partidos republicanos y obreristas, puesto que la mayoría de los dirigentes habían podido huir de las islas. Las Pitiusas no son, así, ninguna excepción. Hubo denuncias, silencios cómplices y sangre… mucha sangre. Eivissa y Formentera no eran una gran familia.
Pero las razones políticas no son las principales en esta represión; las venganzas personales por cuestiones de deudas impagadas o límites de tierras acaban con docenas de vidas en cunetas y tapias de cementerios locales. Desde octubre de 1937, con la instalación del Juzgado Militar de Instrucción de Ibiza (en el Gran Hotel, hoy Montesol) la represión adquiere un marco más legal, pero igual de sangriento. Abundan los procesos por pertenecer a la Masonería, la depuración del profesorado de ideas ‘no adictas’ al régimen, e incluso el encausamiento de familiares de militantes republicanos.
La represión se hace especialmente cruel en Formentera, donde las izquierdas habían dominado la vida política durante la II República. En 1939 vendría la instalación de un campo de concentración (es Campament) en la Savina.
Pero hay otras formas de represión, quizás más sutiles pero igual de violentas.
Muchos habitantes de estas islas fueron objeto de una brutal represión económica que perseguía básicamente la pasividad y el silencio del encausado.
Así, se procedió a la incautación de muchos bienes materiales o al bloqueo de las cuentas bancarias de los procesados, lo cual aumentó las fortunas de muchos otros que se enriquecieron a la sombra de la corrupción del poder. Y todo ello dentro de un régimen laboral con disciplina militar y de prohibición de sindicatos obreros, con lo que toda reivindicación salarial o protesta era más que una utopía.
El hambre fue una de las consecuencias más trágicas del contexto bélico que envuelve estos años. La crisis de subsistencias fue tan grave en 1938 en Formentera que supuso una auténtica preocupación para el gobierno civil de la provincia, que abrió campañas públicas de donativos en Palma y Eivissa, siempre con un discurso paternal y caritativo.
Y por último la represión que supone la militarización de la vida cotidiana: la profusión de la iconografía franquista (el yugo y las flechas, la camisa azul falangista…), los desfiles y el envío de reemplazos de jóvenes a los frentes peninsulares eran también una forma de represión ideológica, de homogeneizar el pensamiento.
Son, pues, unos años en que el régimen franquista en Eivissa y Formentera somete a la población a un proceso de terror represivo en un primer momento para más tarde pasar a una represión económica e ideológica que persigue sobre todo el silencio y la pasividad de la población. Las Pitiüses seguirían jugando un papel secundario en la Guerra Civil y los acontecimientos se irían diluyendo en la (des)memoria colectiva.
ARTUR PARRÓN GUASCH
Autor del libro ‘La Guerra Civil a Eivissa i Formentera (1936-1939)