Movilización del GEN por el golf

25 años

El Grup d’Estudis de sa Naturalesa (GEN) anunciaba el 16 de febrero de 1993 el inicio de movilizaciones, junto a la Plataforma Ciutadana de Sant Josep, contra la construcción del campo de golf de Cala d’Hort, después de que la entonces Comisión Insular de Urbanismo declarase su interés social. Advertían de que escondía «una gran especulación urbanística», al ir ligado a la construcción de establecimientos hoteleros, y que provocaría la destrucción de ese paraje natural, tanto paisajísticamente como por cómo afectaría a las reservas hídricas de la zona.

Mientras, el ‘Tiburón’ de Trasmapi seguía varado en sa Séquia de Formentera, en la bocana del puerto de la Savina, lo que provocaba el taponamiento con algas del canal de entrada a s’Estany Pudent. La naviera lo negaba y aseguraba que era algo natural, pero el alcalde de la isla, Bartomeu Ferrer Marí, instó a que fuera retirado cuanto antes para evitar males mayores medioambientales. El rescate del hidrofoil estaba previsto para el 19 de febrero.

50 años

TELÉFONO DIRECTO CON A CORUÑA. Ahora podemos llamar con nuestros móviles incluso a Nueva Zelanda, pero en 1968 era complicado hasta llamar a la vecina Mallorca, para lo que se requería hacer una conferencia a través de una centralita. Era un follón. Pero el 13 de febrero de hace medio siglo se anunció que desde esa medianoche quedaba inaugurado el servicio telefónico automático con A Coruña. Bastaba con anteponer el prefijo 981. El esfuerzo por adaptarse a la modernidad era notable: en Formentera confiaban en disponer de electricidad ese año, como en Sant Miquel y su Port, que iniciaba ese proceso. Hasta Formentera tenía ya su primera notaría, para la que fue nombrado José Cerdá.

75 años


LOS PAYASOS DE LA TELE (SIN TELE) ACTÚAN EN EL TEATRO ESPAÑA. La Compañía de Espectáculos Martí visitó Ibiza la segunda semana de febrero de 1943. Estaba integrada por la «atracción aérea» de los Grecos; Piloña, «hábil alambrista», una de «las mejores de las pistas de circo de España», y «Gaby, Fofó y Emilín», que según las crónicas eran «buenos músicos y graciosísimos payasos, clasificados como los más jóvenes del país» y «deleitaron al público con sus chistes, manteniéndole en constante hilaridad».

La familia de payasos en 1930.

Eran los futuros payasos de la tele, pues aún no había tele. Ese Emilín era Emilio Aragón Bermúdez (1929-2012), más conocido como Miliki, que entonces tenía 14 años. Actuaron en el Pabellón Serra y en el Teatro España.

100 años

EL ‘PEDRO’ EMPIEZA A NAVEGAR. Construida en los astilleros de Eivissa, a la goleta ‘Pedro’ le instalaron un motor en Barcelona, donde además lo probaron la primera semana de febrero de 1918. Idea del naviero Abel Matutes, llegó a la isla la segunda semana de aquel mes para salir rumbo a la Ciudad Condal el 13 de febrero con su primera carga, compuesta de algarrobas, almendras y carbón vegetal.

Botadura del motovelero ‘Pedro’. Pedro Matutes

Paliaba, de esa manera, que Isleña Marítima hubiera abandonado esa línea, lo que estaba provocando serios problemas, tanto de abastecimiento como a la hora de exportar los princpales productos de las Pitiüses. Con el ‘Pedro’, la isla volvía a estar unida directamente con la Península. Una de sus ventajas era que mejoraba la capacidad de carga de los buques que previamente cubrieron ese trayecto, el ‘Lulio’ y el ‘Isleño’.

Estimaba el naviero que podría realizar tres o cuatro viajes mensuales a Barcelona, toda una proeza en esa época. Los fletes de carga eran de 40 pesetas por tonelada de almendra, 43 pesetas por las algarrobas y 50 pesetas por el carbón vegetal (porque ocupaba más volumen). Tenía 230 toneladas, 28,5 metros de eslora, 7,7 de manga.

«En esta tierra, donde nos creemos señoritos holgazanes, adquiere mayor relieve y nos mueve a emularnos en su ejemplo [sic] , la actitud de don Abel Matutes, el más acaudalado propietario de la isla que, no obstante su cuantiosa fortuna, compagina admirablemente su elevada posición económica con las inquietudes y fatigas del cotidiano trabajo», contaba Diario de Ibiza al respecto.

Tras la pista de los atracadores

25 años

La Policía Nacional ya había identificado «a los cinco implicados en el atraco del aeropuerto», en la terminal de Iberia Cargo, donde consiguieron un botín de 760 millones de pesetas. Fue el mayor golpe en la historia de la isla, según publicó Diario de Ibiza el 7 de febrero de 1993. Se creía que estaban en Francia y que todos tenían antecedentes en ese país. Esperaron pacientemente en la isla hasta que disminuyó la presión policial, para repartirse luego el dinero y refugiarse luego en la Península y en el país galo.

La ONCE repartía 50 millones de pesetas en el sorteo del 8 de febrero: el número 16.809 fue el agraciado

Mientras aquellos 760 millones se esfumaban, la ONCE repartía 50 millones de pesetas en el sorteo del 8 de febrero: el número 16.809 fue el agraciado. Lo vendió Antonio Guerrero Valverde a la salida del edificio de los juzgados.

Aquel mismo día se supo que el congreso del Partido Popular había rechazado una enmienda presentada por María Luisa Cava de Llano en la que proponía legalizar el consumo de drogas. Jaime Mayor Oreja se opuso tajantemente. Cava de Llano argüía que aunque su consumo fuera perjudicial y reprobable por la sociedad, no se debería meter en la cárcel a todos los drogodependientes.

El verano prometía: se preveía la visita de 200 cruceros, el doble que un año antes. Y eso que aún no se había construido el dique de es Botafoc.

50 años

Qué noche la de aquel día.

En 1968 sólo llegaba a Ibiza un canal de televisión, el VHF. Pero la población se alegró cuando el 10 de febrero se anunció, a través de este diario, que el UHF, la segunda cadena de TVE, se recibiría en los hogares con tele de Ibiza antes de que acabara el año: «Muchos se preguntarán qué tendremos que hacer con nuestros televisores para poder ver ese canal», preguntaba retóricamente un redactor. «Pues bien –explicaba a continuación– según nuestras noticias, todos los televisores construidos a partir de 1965 llevan incorporado el tuner». Pero sólo en «marcas conocidas», ojo, no en «firmas menores.Además se deberá añadir una antena, que costaba «600 pesetas». Mientras, los almendros al fin florecían: «Sea por la sequía o no sabemos por qué causa cósmica, la flor del almendro se negaba a aparecer y durante todo el pasado mes el gris ha sido la característica de la campiña». Y eso que aún no había cambio climático.

75 años

Licores y estomacales.

El Frente de Juventudes organizaba aquella segunda semana de febrero de 1943 una carrera ciclista que se promocionaba en Es Diari de la siguiente guisa : «Si no nos es infiel la memoria, recordaremos haber visto, en los días cálidos del 42, unas pruebas sobre ciclismo [en las que] camaradas entusiastas bañáronse en el sudor y la emoción deportiva de la juventud». Como esa juventud no podía «estar más empedernida por el vicio», el deporte los alejaría «del precipicio» moral. Al autor del texto le entusiasmaba saber que en breve vería en la meta «los pechos que van a estrellarse contra las frescas brisas». Lógico que a cinco días del campeonato sólo se hubieran apuntado cuatro «camaradas».

100 años

Aquella segunda semana de febrero de 1918, Ibiza se preparaba para celebrar los carnavales, para los que el alcalde, Juan Escandell Ferrer, hizo saber, a través de un bando, que el jolgorio tenía límites. Decía que avisaba mediante ese escrito público «para prevenir disgustos y alteraciones en el orden público».

Permitía durante los tres días «el uso de disfraz y careta», pero sólo «durante las horas del día», es decir, «desde la salida a la puesta de sol». De noche, no.

Y ojo: quedaba prohibido terminantemente «hacer parodia alguna que pudiera ofender a la religión, a las buenas costumbres y a las personas». Por ejemplo, que a nadie se le pasara por la imaginación vestir «indumentaria de los ministros» del cristianismo, ni de órdenes militares ni llevar insignias o condecoraciones oficiales del Estado. Además, no estaba permitido disfrazarse con «trajes indecentes e indecorosos» ni hacer discursos «satíricos, insultos o frases inconvenientes».

Las lecciones de Macabich en 1918.

Se prohibía «en absoluto arrojar papelitos llamados confetis de varios colores mezclados, así como arrojar líquidos de cualquier clase a las personas». Sólo se consentía que esos confeti fueran «de un solo color». Y si se tiraban serpentinas, debía hacerse sin molestar. Otra prohibición: recoger del suelo esos confeti ya arrojados, así como la venta de papelitos de colores mezclados.

Y el alcalde recordó que el gobernador civil había prohibido terminantemente «la mascarada llamada entierro de la sardina o gato, que se venía celebrando la primea noche de cuaresma». No se podía celebrar para «mantener el alto concepto que merecen los prestigios de la religión y en evitación de escándalos que desdicen la cultura y que pueden derivar en desórdenes».

Quien pese a lo avisos hiciera caso omiso, se enfrentaba a multas de una a 25 pesetas, comiso de las mercancías y denuncia ante los tribunales ordinarios.

Pero papelitos de colores, según Es Diari, hubo pocos aquellos días: «No hubo derroche de serpentinas ni confeti, pues el papel se ha encarecido bastante y luego porque… no está el horno para bollos», dejaba clarísimo el redactor del periódico. Había una guerra mundial, hambre, carestía… Carnaval se celebró «con bastante menor animación» que otros años. Pese a todo, hubo bailes en el Círculo Ibicenco, en el Casino, en el Teatro Pereyra y en el Pabellón Serra.

Peligro, obras en La Mutual

25 años

La antigua fábrica de Can Ventosa se convertiría en un centro cultural desde 1994. Lo anunciaron el Consistorio y la Caixa el 4 de febrero de 1993 tras firmar un convenio en el que se establecía que la titularidad sería de Vila. Tendría una sala multiusos y acogería exposiciones y conferencias, al Patronato de Música, al club de la tercera edad y a la biblioteca municipal.

En Fitur, los grandes mayoristas avisaban de algo que seguro les suena: los precios de la oferta complementaria eran exagerados y constituían el principal problema para atraer turistas, que más bien huían espantados al ver el precio que costaban las paellas. El delegado de un turoperador incluso utilizó un símil muy gráfico: había una «clara tendencia a exprimir al turista».

El delegado de un turoperador incluso utilizó un símil muy gráfico: había una «clara tendencia a exprimir al turista»

Otro día de la marmota. Los vecinos se quejaban por las obras de la plaza del Parque. Las críticas se centraban en que había quedado con «aspecto frío y lúgubre». Había «perdido el encanto» de antaño, aseguraban. Y avisaban de que con las primeras cuatro gotas caídas «ya había charcos en el suelo». Vamos, que nunca se contenta a todos.

Más llamaba la atención la rehabilitación del edificio La Mutual del paseo de Vara de Rey, donde la falta de seguridad era más que evidente, incluso para los viandantes: no había valla de protección y una marquesina pendía peligrosamente sobre la acera.

50 años

La BBC de 1968.
La BBC de 1968.

A ver si esto también les suena: «El campo ibicenco está padeciendo una prolongada sequía, la cual ha causado la pérdida casi total de los sembrados, aparte del consiguiente daño ocasionado al arbolado». Lo publicaba Es Diari el 1 de febrero de 1968, hace 50 años, cuando, sin cambio climático, la falta de lluvias era tan común como ahora y las cosechas se hallaban en «un estado deplorable».
Mejor iba el aeropuerto, que con solo una década de funcionamiento ya se había convertido en el sexto de España en tráfico, según acababa de asegurar el ministro del Aire, el teniene general José Lacalle Larraga. Sí, en esa época había Ministerio del Aire, y otro de Tierra, y otro de la Marina. Sólo estaba por delante el aeropuerto de Málaga, pero el ibicenco tenía más tráfico que el de Tenerife.

75 años

 

Una clínica a la última.
Una clínica a la última.

En la Falange Femenina se despachaban a finales de enero de 1943 las entradas para asistir a la «graciosísima comedia» ‘Usted es Ortiz’, de Pedro Muñoz Seca, que interpretaba el Cuadro Escénico de Educación y Descanso de Falange Española Tradicionalista y de las JONS (cuyo jefe insular era Florentino Sánchez), en colaboración con los militares de Infantería y Artillería.

Un cadáver en el Ensanche.
Un cadáver en el Ensanche.

Pepita Escandell hacía de Casta; Amelia Torres, de Celcina; Fina Zornoza de Eulogia… Poco que ver aquella Ibiza con la actual. En el tránsito hacia la modernidad, aún acontecían sucesos propios de otras épocas: el Consistorio multaba a un vecino por «haber dejado muerto un cerdo en el Ensanche».

100 años

En plena Gran Guerra, con una crisis económica de órdago, ciudadanos muriendo de hambre y de frío en la Península, la supresión de la línea marítima directa con Barcelona y la consecuente restricción de los intercambios comerciales habían provocado, entre otros estragos, que desde Ibiza se exportara lo mínimo, que los precios de los productos básicos se dispararan y que el carbón llegara con cuentagotas. Por esa razón, la Eléctrica Ibicenca anunció desde el 30 de enero de 1918 que, debido a «la carestía verdaderamente exorbitante del carbón», que le obligaba a parar la mayor parte de su maquinaria, cortaría «la corriente a partir de 7 de febrero a todos los [abonados] de la otra Fábrica de Electricidad».

Pero no era constrictor.
Pero no era constrictor.

El fluido permitía, no obstante, proyectar cine en el Pereyra, si bien ese problema con las comunicaciones marítimas causaba algún que otro percance: «Anoche –detallaba con sorna Es Diari el 2 de febrero de 1918– se proyectaron algunas películas que, aunque muy buenas, fue necesario darlas ya repetidas, toda vez que las que debían proyectarse estaban a bordo del vapor y, debido a circunstancias extrañas a la empresa, no pudieron exhibirse dichos estrenos». Al menos, se compensó a los espectadores cabreados: «Fue vuelto el dinero a los concurrentes y tuti contenti».
Aquellos días se perdió una boa «en el trayecto del Círculo X al teatro Pereyra». Se gratificaría a quien la devolviera en la redacción de Diario de Ibiza. No había que temer, sólo era para abrigar un cuello de mujer.

Una torre bajo el museo

25 años

Las excavaciones arqueológicas desarrolladas en el subsuelo del Museo Arqueológico de Dalt Vila (que actualmente acumula ocho años cerrado) culminaron con el hallazgo de una torre medieval de ocho metros de altura de la que no se tenía constancia hasta entonces, se informó el 22 de enero de 1993. Los técnicos del museo pitiuso dataron provisionalmente esa muralla en el siglo XIV. Además, se halló también parte de la muralla construida en el período islámico.

Fue descubierta una torre medieval de ocho metros de altura, así como parte de la muralla del periodo islámico

En el hospital no estaban tan eufóricos. Los ocho médicos especialistas de Cuidados Intensivos de Can Misses acordaron en asamblea cerrar ese servicio en protesta por la negativa de la dirección a contratar un tercer médico intensivista. Alegaban que ese servicio se había mantenido hasta entonces gracias al voluntarismo del personal del hospital. La medida ha supuso el traslado inmediato de cuatro pacientes internados en la UCI al hospital Son Dureta, en Palma. Y había otros tres a la espera de ser desplazados hasta Mallorca.

50 años

La Seat en Ibiza.

Vivía Ibiza en plena euforia constructora. Aquella tercera semana de enero de 1968, Es Diari informaba de que iban a toda prisa los movimientos de tierra y explanación en s’Illa Plana para la construcción de un nuevo hotel: «El proyecto arquitectónico creemos que resaltará el paisaje de nuestra incomparable isla», escribió un redactor del periódico. No era el único hotel nuevo en vísperas de redibujar la línea del cielo de Ibiza: en Platja d’en Bossa se construía el Tres Carabelas, además de otros dos establecimientos.

75 años

Soldados buscan esposas.

En esa época era normal, pe-ro ahora llamaría la atención que se publicara un anuncio como el que apareció en Diario de Ibiza el 23 de enero de 1943: «Se desean siete señoritas de esta ciudad para contraer matrimonio con los peninsulares que se relacionan». Y a continuación aparecían los nombres de siete hombres y una dirección de correo, la de la 66 Batería de Costa de Ibiza. Así, como si fuera el supermercado. Precisamente, los soldados acuartelados en la isla descubrieron en Baix des Molins varios enterramientos antiguos. Isidor Macabich dejó claro en Es Diari que no eran púnicos, sino del siglo XVII, de cuando en 1652 la peste acabó con la vida de 523 vecinos de Vila y de 70 de los arrabales en solo cuatro meses, más de la mitad de su población.

100 años

La Gran Guerra tocaba de refilón a Ibiza, pero de vez en cuando daba buenos sustos. Como el que tuvo el maquinista pitiuso José Pascual cuando el vapor ‘Joachim Mumbru’, del que era parte de la tripulación, fue torpedeado por un submarino alemán a 300 millas de Canarias. Pudo salvar la vida, según informó Diario de Ibiza el 21 de enero de 1918. El carguero fue hundido el 30 de diciembre de 1917 en el océano Atlántico, al sur de Madeira (coordenadas 31°17′N 17°20′W) por el U-156, fecha en la que aún estaba comandado por Konrad Gansser. Sólo ese U-boot hundió 44 barcos y dañó tres durante la contienda mundial. Ya con Richard Feldt como comandante, ese submarino protagonizó un episodio bélico asombroso, cuando no extraño: atacó él solito la ciudad de Orleans (Massachusetts) el 21 de julio de 1918. No hubo muertos, pero pasó a la historia por ser la única ciudad de Estados Unidos que durante la Gran Guerra fue atacada por el enemigo.

Salvador Boned, especialista en relojes de precisión.

En la isla, mientras tanto, seguían las penurias por la falta de materias primas, por la inflación que afectaba a algunos productos, como la carne o el pan, y por la dificultad para exportar almendras o el carbón vegetal. En Palma, por ejemplo, los periódicos redujeron su tamaño por la falta de papel.

El Ayuntamiento de Ibiza, por su parte, sacaba algunas pesetas de la venta, mediante subasta, de la leña obtenida de la poda de los árboles del paseo de Vara de Rey.

ETA asesina a Santamaría

25 años

ETA asesinó a José Antonio Santamaría la noche del 19 de enero de 1993 de un solo tiro en la nuca, mientras el expropietario de la discoteca KU (declarada poco tiempo antes en quiebra) y exjugador de la Real Sociedad cenaba junto a unos amigos y su hermano en una sociedad gastronómica de San Sebastián, justo al inicio de las fiestas de la ciudad. Desde los medios afines a la banda terrorista se quiso excusar aquel asesinato por los supuestos vínculos del empresario con el narcotráfico, algo que tanto Santamaría como partidos, medios, personas cercanas y asociaciones vascas negaron tajantemente y calificaron de falsas acusaciones. «Me han colocado en el ojo del huracán», había señalado poco antes a Es Diari: «Las acusaciones contra mí se hacían con un doble fin, puesto que siempre aparecía mi amistad con Txiqui Benegas [secretario de organización del PSOE]. Sé que han sido maniobras políticas y que yo, en realidad, no era el objetivo, sino el medio para hacer daño a otras personas».

50 años

Mientras el edificio de la central eléctrica de GESA en Formentera estaba a punto de ser concluido,el 17 de enero de 1968 llegaban a la isla, a bordo del motovelero ‘Berta Costa’, los dos grupos de 300 kilowatios que debían iniciar la producción de energía para la isla, si bien en cuatro años llegaría por cable.

Tecnología alemana.

En Ibiza se creaba, por medio de la Delegación del Gobierno, un servicio especial de vigilancia de los precios de los artículos de primera necesidad, disparados en esa época por la inflación, un mal de este país durante muchos años. Y la Guardia Civil detenía a un peligroso ladrón que había asaltado cinco casas: en el momento de ser arrestado se hallaron en su posesión tres aparatos de radio, una maleta, un rifle y, ojo, una plancha eléctrica y una batidora. Gran operación.

75 años

Cuando aún se arreglaban las medias.

Si en 1968 aún padecían las calamitosas conexiones telegráficas, radiofónicas y televisivas, qué decir de 1943. Cuatro años después de acabada la Guerra Civil, el alcalde seguía intentando mejorar las comunicaciones, que como Es Diari explicó el 16 de enero de 1943, funcionaban de la siguiente manera: «Ya sabemos que suple la comunicación cablegráfica una oficina o estación de radio, pero, por mala ventura de ese menguado artefacto, no ya excepcionalmente sino como achaque ya crónicamente irremediable de meses y meses, van y vienen por correo los dichosos radiogramas». Era mucho decir en esa época, cuando el Estado controlaba con mano de hierro los medios… y la Falange organizaba carreras ciclistas en las que sólo podían participar los «camaradas» afiliados.

La isla celebró que, como publicó este periódico, el alférez Arsenio Masip pidiera «la mano de la distinguida y bella señorita Dolores Pineda».

100 años

Aumentaban los problemas tras la anulación de la línea directa con Barcelona. En la segunda semana de enero se empezaba a notar la escasez de productos básicos, como la harina: «Es menester que tanto Barcelona como Valencia y Alicante, que nos piden carbón, nos envíen a cambio harinas, porque no queremos perecer de hambre», se advertía en Diario de Ibiza. Como la que pasaban en esas ciudades aludidas y que provocaba altercados e, incluso, muertes. «En muchas panaderías» de Vila no se pudieron encender los hornos durante la semana del 14 al 20 de enero de 1918. Sólo pudo una, pero encareciendo el pan 10 céntimos.

Mandarinas a buen precio.

Por menos, en otros países se habría invadido Polonia: «Aquí lo más grave que puede ocurrir es quedarnos sin arroz y harinas. Entonces sí que se propagaría la llama del conflicto y encendería la rebeldía en todos, pobres y ricos, pues por igual sufriríamos los rigores el hambre», alertaba Es Diari. No se recibían esos productos, pero tampoco se podía exportar el carbón vegetal ibicenco a Barcelona pese a la demanda que allí había, foco de refriegas entre la población y las fuerzas de orden público.

Desde Ibiza se pedía al Ministerio de Fomento que repusiera la línea directa con la Ciudad Condal, cuya supresión en diciembre estaba causando «graves trastornos» que privaban a la isla y a Barcelona de «mutuos y vitales elementos». La exportación era sumamente complicada: entre los dos puertos había escalas, lo que subía los portes; además, los materiales debían cargarse en Ibiza desde barcazas, no directamente desde el muelle.